El Ayuntamiento asegura que no cabe sancionar el aparcamiento de estos vehículos, pero advierte de que sus ocupantes no pueden ocupar el exterior
Aunque es una estampa que se repite con cierta frecuencia en numerosos municipios del litoral malagueño, especialmente en los meses invernales, la presencia masiva de autocaravanas en Nerja en las últimas semanas ha generado numerosas quejas entre vecinos y empresarios. La situación es especialmente visible en el extremo más occidental de la playa de El Playazo, donde ayer se contabilizaban alrededor de medio centenar de estos vehículos, una cifra que se ha mantenido estable desde hace más de un mes.
En otras parcelas de aparcamientos, como la situada junto al río Chíllar, justo detrás del supermercado Mercadona, también se contabilizan ayer más de una treintena de autocaravanas. «Son visitantes en su gran mayoría extranjeros, que apenas recorren el pueblo, si acaso compran en un supermercado, y no hacen apenas gastos en hostelería», se queja uno de los empresarios consultados por este periódico, quien no obstante plantea que el Ayuntamiento regule de alguna forma este tipo de episodios, facilitando la creación de un espacio específico para que puedan estacionar.
Y es que el fenómeno del autocaravanismo no deja de ser polémico, ya que, a diferencia de las caravanas, que sí pueden ser restringidas por los consistorios en base a sus ordenanzas de tráfico, en el caso de las autocaravanas se trata de un vehículo más, «por lo que no se puede poner puertas al campo», según destacan desde el colectivo. Precisamente eso fue lo que hizo el Consistorio nerjeño en el año 2014, durante la última de las cinco legislaturas en las que estuvo gobernando el PP, con José Alberto Armijo al frente de la Alcaldía.
Ese verano se colocaron una serie de señales en las que se estableció que estaba prohibido «estacionar y acampar en la vía pública o en los espacios adyacentes a éstas, en todo el municipio de Nerja», según estaba recogido en el artículo vigésimo, apartado 21.º de la Ordenanza Municipal de Circulación de Nerja. Las señales fueron recurridas por la Plataforma de Autocaravanistas Autónomos de España (PACA) y se quitaron al año siguiente, con el cambio de gobierno.
Al mismo tiempo, se instalaron barreras para limitar la altura máxima de los vehículos que accedían a espacios como el mencionado en El Playazo y evitar así que pudieran estacionar las autocaravanas, que a pesar de ser turismos, por pesar normalmente menos de 3.500 kilos y no transportar a más de nueve pasajeros, sí suelen medir más de dos metros de altura. Sin embargo, estos elementos se han deteriorado en los últimos meses y ya no impiden el paso de las autocaravanas.
Una valla desaparecida
En este sentido, la alcalde nerjeña, Rosa Arrabal (PSOE), dijo a SUR que de los terrenos de El Playazo «una parte» es gestionado por el Ayuntamiento, que se lo tiene arrendado a su propietario, y la otra es de un particular, que a su vez también se lo tiene alquilado a otro vecino. «La zona que es de aparcamiento la controla la Policía y me consta que están yendo cada pocos días a pedirle a las autocaravanas que se desplacen, ya que no pueden acampar allí», argumentó.
Respecto a la otra zona, de la que no hay una separación física, ya que ha desaparecido una valla metálica, la regidora apuntó que corresponde al particular controlar estos aparcamientos. Así, uno de los dueños remitió a este periódico a hablar con su inquilino. Micky Rodríguez, director del Festival Chanquete World Music, que ha celebrado tres ediciones en esas parcelas y que en septiembre próximo espera organizar la cuarta, admitió que está «al tanto» de esta situación, y que ya se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento para solucionarlo «cuanto antes».
«Hasta hace poco había unos topes en los accesos a las parcelas que impedían la entrada de las autocaravanas, hemos pedido que se vuelvan a colocar y que se vigilen más estos terrenos», apuntó, al tiempo que dijo que están tratando de regularizar toda esta zona de aparcamientos.
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