El espacio habilitado en Salgueiriños recibe las críticas de los usuarios, que optan acampar en Sar y en los campus universitarios
MARGA MOSTEIRO - SANTIAGO / LA VOZ 28/08/2019
El turismo de caravana aumenta en la ciudad, pero la única área habilitada para ese segmento al alza, en Salgueiriños, dista mucho de cubrir las necesidades básicas de unos visitantes con un nivel adquisitivo medio-alto. De las limitaciones del recinto se hacen eco los foros y grupos de Facebook del turismo de caravana, que lo definen como un aparcamiento y no como un área con los servicios que precisan ese sector.
El matiz es importante para quienes soportan altas temperaturas dentro de sus vehículos, expuestos al sol durante todo el día. Los servicios que se ofrecen son muy escasos. Solo está habilitado el de vaciado de las aguas residuales de las autocaravanas y, por 3 euros adicionales, los usuarios puede cargar agua potable en los depósitos. Aunque en la explanada no hay vigilancia nocturna, pasar la noche en Salgueiriños cuesta 12 euros, que serán solo 3,5 si el vehículo permanece entre las 8.00 y 20.00 horas, tramo horario en el que sí hay vigilancia. La picaresca se impone. En algún foro, los usuarios aconsejan entrar por el día para vaciar sus depósitos y aparcar después en la explanada gratuita situada al final de la rúa Melide.
Las limitaciones del área de Salgueiriños hacen que las personas que viajan en ese tipo de vehículos recurran a otros espacios de la ciudad más cómodos y agradables. Y el aparcamiento del multiusos de Sar es uno de los lugares ideales. Además de ser gratuito, los árboles brindan un ambiente más fresco. Los que pasan allí la noche destacan en los foros el escaso tráfico de una zona en la que se puede dormir con tranquilidad. Algo que no ocurre en Salgueiriños, donde la avenida cercana perturba el descanso nocturno. Además, los que acampan junto al complejo deportivo tienen la opción de comprar un tique para ir al gimnasio o a las piscinas, y utilizar las duchas con agua caliente. Aunque en ese espacio está prohibida su presencia, los turistas de autocaravana insisten en que, mientras no abran ventanas, extiendan toldos o saquen mesas, solo están aparcados y no vulneran norma alguna. Eso sí, es frecuente la presencia en la zona de autocaravanas y furgonetas tipo Camper incumpliendo la norma. A veces, reciben la visita de la Policía Local que los obliga a levantar el campamento.
También en los campus universitarios son habituales las autocaravanas y furgonetas aparcadas durante días, e incluso en calles más próximas al centro. Los usuarios esgrimen que solo están aparcados, también por la noche.
El Concello controla las zonas del aparcamiento del multiusos, pero los vehículos siguen acampando.
El concejal de Seguridade Cidadá, Gonzalo Muíños, asegura que una de sus primeras medidas fue controlar el entorno del multiusos de Sar, con el fin de poner coto a las acampadas generalizadas de autocaravanas y furgonetas tipo Camper. Raxoi instaló para ello carteles indicando la prohibición de aparcar. Sin embargo, prácticamente todos los días acampan varios vehículos en el aparcamiento del complejo deportivo de Sar. Muíños argumenta que una cosa es estar aparcados unas horas y otra permanecer todo el día. «Van a Sar porque se pasan el dato por los grupos que tienen. Sacan un tique y se duchan en el gimnasio», señala. El concejal asegura que «en alguna ocasión hasta hacen barbacoas», por lo que insiste en que no se permitirán las acampadas en el aparcamiento de Sar.
Durante la jornada de ayer, al igual que durante todo el verano, había varias autocaravanas y furgonetas en el aparcamiento de Sar, junto al acceso al gimnasio. No tuvieron excusas que poner al llegar la Policía Local, porque no solo tenían las ventanas y puertas abiertas sino que uno de ellos hasta había desplegado el toldo y tenía las sillas fuera.
Los usuarios de estos vehículos insisten en que, como tales, tienen derecho a aparcar en cualquier vía, pero en el Concello insisten en que no está permitido que acampen. La diferencia en la normativa viene marcada, precisamente, por el hecho de que se considera acampar cuando esos vehículos tienen las ventanas abiertas, el toldo desplegado, cuando están sobre calzas y no sobre las ruedas o cuando sus ocupantes están cocinando.
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