Se intensifica la oferta de alojamiento sobre ruedas, ya sea como residencia o para especular turísticamente fuera de la ley
Joan Lluís Ferrer - Sant Antoni - 04.06.2019
Controversia. El creciente número de caravanas, autocaravanas y furgonetas camperizadas en Eivissa dan salida a la necesidad de vivienda a trabajadores de temporada, pero también ha delatado un creciente mercado de plazas turísticas ilegales. La ley solo permite a estos vehículos acampar dentro de campings autorizados, pero casi todos ellos lo hacen fuera de dichos recintos, simulando estar simplemente estacionados.
Con la llegada del verano, las autocaravanas proliferan a lo largo y ancho de la isla de Ibiza. La situación es cada vez más evidente, lo que demuestra que este tipo de vehículos, que para unos son una variante de chabolismo sobre ruedas y para otros constituyen una alternativa económica a la vivienda, han llegado para quedarse y para convertirse en parte del paisaje insular.
Muchos de quienes eligen este medio para vivir en Ibiza son trabajadores de temporada que simplemente no pueden pagar el alquiler que se exige en la isla para residir durante los meses de verano. Así se pone de manifiesto en ses Variades, área rústica de Sant Antoni habilitada como aparcamiento y en la que ayer había ya una quincena de autocaravanas, caravanas y furgonetas camperizadas. Dado que la temporada aún está arrancando, su número previsiblemente crecerá en las próximas semanas.
«Vengo aquí a trabajar, no estoy de vacaciones. Vivo aquí porque no puedo pagar los 900 euros que me piden por un apartamento, porque yo gano 1.000 euros al mes; no me quedaría nada para mí y menos para mandar a mi familia», señala Juan, un ciudadano sudamericano sentado a la puerta de acceso a su autocaravana, mientras aclara que no quiere ser fotografiado por temor a que se le expulse de este sito. «Ya me echaron de otro lugar y encima me pusieron una multa», afirma indignado ante lo que considera un hecho «incomprensible».
No todos los caravanistas tienen el mismo perfil que Juan, puesto que también abundan los viajeros que buscan formas alternativas de desplazamiento y alojamiento, a medio camino entre el estilo hippy y una voluntaria marginación. Sin embargo, también ha irrumpido la comercialización ilegal de estas caravanas como alojamiento turístico.
Pero, ¿pueden aparcar en cualquier parte este tipo de vehículos? La ley es clara, si bien no siempre es adecuadamente interpretada por los usuarios.
Las caravanas y autocaravanas son, a efectos de circulación viaria, vehículos equiparables a un coche. Por ello, pueden aparcar en las calles y núcleos urbanos exactamente igual que un turismo. El único límite es que no permanezcan en el mismo sitio más de 15 días seguidos, según recuerdan tanto desde el de Ayuntamiento de Eivissa como desde el Santa Eulària, dos de los más afectados por este fenómeno. En el caso de Vila hay una salvedad: estos vehículos no pueden aparcar en los estacionamientos disuasorios que rodean la ciudad, «como tampoco pueden hacerlo las furgonetas, porque este tipo de aparcamientos son sólo para turismos y está señalizado de este modo», recordó ayer un portavoz del equipo de gobierno.
No se puede acampar
En todo caso, lo que nunca puede hacer una autocaravana es acampar, y se entiende por ello desplegar toldos, soportes para fijar el vehículo al suelo o abrir ventanas y puertas. Esta acción solo puede llevarse a cabo en campings autorizados, del mismo modo que si se tratara de una tienda de campaña. Dado que el Plan Territorial Insular (PTI) prohíbe la acampada en suelo rústico en Ibiza, tampoco las caravanas y autocaravanas pueden acampar libremente en el campo.
Santa Eulària aprobó hace dos años una ordenanza específica para regular este asunto, que prevé multas de entre 300 y 600 euros para quienes la incumplan. En este municipio no solo no se puede acampar fuera de campings, sino que tampoco se puede pernoctar en el interior de las caravanas, aunque estén estacionadas en el casco urbano. Si se pernocta en ellas, la Policía Local entiende que se está acampando.
Pero, como sucede en muchos otros casos, no siempre las instituciones dan abasto para controlar las infracciones derivadas de esta nueva dinámica. Algunas caravanas acampan sin ningún complejo incluso en los aparcamientos reservados a los clientes de grandes superficies, junto a las carreteras y también en lugares apartados del campo, incluyendo suelos protegidos. A veces, además, lo hacen en grupo. Las policías locales imponen sanciones frecuentes, como atestiguan muchos caravanistas, pero así y todo los ayuntamientos admiten que no pueden controlar todos y cada uno de los rincones de sus respectivos términos municipales.
Problemas en el campo
El problema, alertan, es que estos vehículos no son simples artefactos que estacionan en un paraje y permanecen inactivos. Por el contrario, son un foco de contaminación, de aguas residuales, que por ley deben ser descargadas en un camping, pero a menudo se vacían en cualquier sitio. Además, si uno de estos vehículos acampa en un paraje rural, puede suponer un riesgo de incendio forestal, pues suele utilizarse fuego para cocinar.
Hay varias webs que alquilan caravanas, autocaravanas y furgonetas camperizadas en Ibiza. Los precios no son baratos, pues oscilan entre los 60 y los 150 euros, por lo general. A menudo se exige al inquilino una fianza de 500 euros. Casi nunca, sin embargo, estas webs advierten de la normativa que afecta a este tipo de vehículos ni de los límites con que se puede acampar en la isla, según puede comprobarse efectuando una rápida consulta a través de cualquier buscador.
En algunos casos, el precio supera los 200 euros por noche si se alquila en el mes de agosto, y además el número mínimo de noches para contratar el vehículo es de cinco.
El auge de este tipo de transporte/alojamiento es especialmente evidente desde que se acrecentó el problema de la vivienda en Ibiza, hace aproximadamente una década. Se trata de un fenómeno cada vez más visible, pero en realidad sólo se aprecia la punta del iceberg, porque el número de furgonetas adaptadas como alojamiento pero sin que sea exteriormente reconocible, es muy elevado. De hecho, en las webs de alquiler de este tipo de vehículos, las furgonetas suponen un porcentaje que ronda el 50%. Incluso coches de tamaño familiar se comercializan del mismo modo.
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