Concesionarios, talleres y antiguas naves reconvertidas en garajes florecen alrededor del creciente sector turístico de las autocaravanas. Cada viajero gasta hasta 50 euros diarios
EL ÁREA DE AUTOCARAVANAS DE OVIEDO
REDACCIÓN
No es solo un vehículo para viajar. Se trata de una forma diferente de entender el turismo y hasta la vida. Así definen los autocaravanistas su pasión por descubrir mundo con la casa a cuestas. Saben, además, que a su alrededor giran negocios que mueven millones de euros al año. Benefician a los concesionarios, que venden modelos que nuevos no bajan de los 48.000 euros; también a los talleres especializados, las naves-garaje para guardarlos durante todo el año, los restaurantes que visitan, los supermercados, los cámpings,... Por eso no entienden las limitaciones que algunos gobiernos, como el asturiano, pretenden imponer, con modificaciones normativas que restringen su movilidad y que exigen áreas de descanso cerradas en las que se identifique a todos sus ocupantes, como en los hoteles. Lo que reclaman es justo lo contrario, que se fomente, que la página oficial de turismo de Asturias incluya una sección específica para el autocaravanismo, que se propongan rutas, que se ofrezcan facilidades que capten a esos miles de europeos que cada año se lanzan a la carretera. Francia, su paraíso, es el espejo en el que quieren mirarse, con decenas de instalaciones públicas y privadas repartidas por todo el país.
Medio millón de extranjeros viaja a España cada año en autocaravana y la mayoría realiza grandes rutas. En el país hay matriculadas cerca de 60.000 de las que 2.000 son asturianas. De esas 2.000, 300 pertenecen al Club de Autocaravanistas del Principado (CAPA). Esos son los números que baraja su presidente, Isaac García Palacios. La venta de estos vehículos preparados hasta el último detalle creció un 52% en 2016 con respecto a un año antes. Aunque la crisis también afectó a este mercado, al tratarse de unos clientes con perfil medio-alto, resistió mejor que otros segmentos de viajes. La tímida llegada de la recuperación les ha nutrido de nuevos aficionados y los negocios que pivotan a su alrededor están creciendo.
Un negocio al alza
García Palacios aporta más cifras para convencer a las autoridades del peso de este mercado. Los estudios revelan que cada autocaravanista gasta de media entre 40 y 50 euros diarios. Este es el desembolso en destino, al que habría que sumar todo el gasto anual. Repostan combustible en ruta y el depósito no es, precisamente, pequeño. Las reparaciones y las puestas a punto requieren de talleres especializados que conozcan los entresijos de estos vehículos. Esas revisiones tampoco son muy baratas. Otro negocio complementario que está en expansión son los párkings que alquilan. García Palacios explica que no sirve cualquier plaza porque tiene que ser amplia y con unas condiciones mínimas de seguridad. Desde la recesión, se han aprovechado muchas naves en polígonos de negocios que han cerrado y que han reconvertido en estacionamientos especializados. Los precios oscilan entre 80 y 90 euros al mes. «Hay mucha demanda. La gente se llama para saber de sitios seguros, cercanos y a un precio asequible», explica el presidente de CAPA.
El perfil de los usuarios también es apetecible para los negocios turísticos. Hasta ahora eran familias, habitualmente parejas, de más de 50 años, con una economía saneada y facilidad para viajar todo el año. «Cualquier administración que se familiarice con este mundo se da cuenta al instante de que es un mecanismo para desestacionalizar el turismo», recalca García Palacios. En la última década, ha bajado la edad media y se han incorporado matrimonios más jóvenes con hijos de ocho y diez años. Esto también lleva aparejado un boom entre aquellos que practican deportes complementarios. Es frecuente que los autocaravanistas sean aficionados al ciclismo, al surf, al running o al esquí. Hace unos años hubo un encuentro europeo de cicloturistas en Gijón. Aún estaba operativa la autopista del mar con Saint-Nazaire. El club preguntó entonces cuántos habían utilizado esa vía de comunicación para llegar a Asturias. La empresa concesionaria les notificó que habían tenido 98 autocaravanas ese fin de semana.
Qué legislación se necesita
¿Cómo atraer, entonces, a estos viajeros al Principado? Parece que la reforma que tiene en marcha el Gobierno asturiano no es el mejor reclamo. Asegura Isaac García Palacios que en ningún país en el que se cuida este segmento se exige que se identifiquen todos los pasajeros. Se habilitan áreas de servicio, públicas o de pago, donde se abona una cantidad sin necesidad de registrarse. Así es en Francia, Suiza, Holanda, Italia,... Así era, hasta ahora, en las 32 áreas municipales de Asturias pero si la ley sale adelante esto cambiará. «Ninguna de las que existe a día de hoy cumple esas condiciones. ¿Qué tendrían que hacer los ayuntamientos, contratar personal? Tendrían que dedicar a profesionales con autoridad. ¿Podrían derivar a agentes de la Policía Local a estos trabajos?», se pregunta. Sabe que eso es imposible y que supondría el fin de una red de estaciones que ha hecho florecer el autocaravanismo.
No siempre ha sido así. Recuerda el presidente de CAPA que Asturias llegó a ser, hace unos años, por las restricciones, «tierra maldita». Los aficionados cruzaban el puente de Los Santos hacia Galicia para evitar cualquier problema. «Esto podría volver a pasar», argumenta. Su propuesta es que la Administración le dé la vuelta a la situación y trabaje para convertirse en un auténtico Paraíso, de acuerdo a su eslogan turístico desde hace 30 años. Solo hace falta que se fijen en algunas experiencias ya en marcha. Cuenta, por ejemplo, la del lagar Castañón, con un área propia de servicios. Detalla el éxito que tienen las estaciones de Oviedo o la de Navia, que ha tenido 2.000 vehículos en cinco años y que ha concitado mucha satisfacción entre los empresarios de servicios que la circundan.
En lugar de aprobar leyes restrictivas, el club propone a Turismo que diseñe rutas de largo recorrido, temáticas, dentro de la región para captar autocaravanistas. Provincias como Palencia ya han comenzado a difundir sus recursos y han creado una sección específica dentro de su portal oficial, que tiene un elevado índice de consultas. Incluso recomiendan editar una guía, al menos en formato online, que recopile recursos, cámpings y áreas de servicio.
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