La Plana al Dia | Burriana | General | 20-03-2016
Estos vídeos y fotos son parte de las denuncias que algunos vecinos y vecinas de Borriana han enviado al colectivo de Esquerra Unida – Unitat Popular de Borriana y que demuestran como varios “turistas” de autocaravana tiran sus depósitos de aguas negras al alcantarillado que hay junto al antiguo camping. Es una marranada y una clara falta de civismo que merecer una sanción por parte de la Policía Local.
Nos sorprende la permisividad del Ayuntamiento enfrente este tipo de delitos ecológicos y esperamos que se tomen las medidas adecuadas para cortarlos de raíz antes de que nuestra línea de playa se convierta en un estercolero y una zona de acampada sin control.
Pero lo más evidente de estas imágenes y las quejas recibidas por parte de EUPV-UP Borriana es la falta de visión del Ayuntamiento de Borriana para abordar este fenómeno. La falta de una sencilla infraestructura municipal para albergar autocaravanas hace que este se aparquen en cualquier lugar de la playa, sin control sobre donde tiran los depósitos de aguas negras que traen a bordo y que, de forma regular –y regulada- se tienen que vaciar.
Si el Ayuntamiento se hubiera tomado seriamente la medida aportada en su momento por Esquerra Unida –Unidad Popular para que se hiciera una zona de acampada y de autocaravanas municipal ahora no tendríamos que ver estas escenas tan lamentables.
Una zona por aparcamiento regulado de autocaravanas tiene un coste mínimo por un ayuntamiento y la inversión se puede recuperar en poco tiempo cobrando un canon a los usuarios para enganchar agua potable, electricidad y para depositar en un espacio seguro sus aguas negras. Son infraestructuras muy habituales en todo Europa y al norte de España y que aportan un plus de calidad al turismo, puesto que permiten que los miles de turistas que utilizan autocaravanas para rodar por Europa ponen ese punto a sus mapas de trayectos.
No olvidamos que, además, una infraestructura como esa permitiría crear algún puesto de trabajo directo durante la construcción y durante su uso para mantenerla y cobrar así como los indirectos ligados a los gastos en compras y restauración o cultura que hacen los autocaravanistas.
En resumen, que podríamos convertir esta escena penosa en una buena oportunidad si alguien con empuje y ganas de echar adelante un proyecto así estuviera en el Ayuntamiento.
Nos sorprende la permisividad del Ayuntamiento enfrente este tipo de delitos ecológicos y esperamos que se tomen las medidas adecuadas para cortarlos de raíz antes de que nuestra línea de playa se convierta en un estercolero y una zona de acampada sin control.
Pero lo más evidente de estas imágenes y las quejas recibidas por parte de EUPV-UP Borriana es la falta de visión del Ayuntamiento de Borriana para abordar este fenómeno. La falta de una sencilla infraestructura municipal para albergar autocaravanas hace que este se aparquen en cualquier lugar de la playa, sin control sobre donde tiran los depósitos de aguas negras que traen a bordo y que, de forma regular –y regulada- se tienen que vaciar.
Si el Ayuntamiento se hubiera tomado seriamente la medida aportada en su momento por Esquerra Unida –Unidad Popular para que se hiciera una zona de acampada y de autocaravanas municipal ahora no tendríamos que ver estas escenas tan lamentables.
Una zona por aparcamiento regulado de autocaravanas tiene un coste mínimo por un ayuntamiento y la inversión se puede recuperar en poco tiempo cobrando un canon a los usuarios para enganchar agua potable, electricidad y para depositar en un espacio seguro sus aguas negras. Son infraestructuras muy habituales en todo Europa y al norte de España y que aportan un plus de calidad al turismo, puesto que permiten que los miles de turistas que utilizan autocaravanas para rodar por Europa ponen ese punto a sus mapas de trayectos.
No olvidamos que, además, una infraestructura como esa permitiría crear algún puesto de trabajo directo durante la construcción y durante su uso para mantenerla y cobrar así como los indirectos ligados a los gastos en compras y restauración o cultura que hacen los autocaravanistas.
En resumen, que podríamos convertir esta escena penosa en una buena oportunidad si alguien con empuje y ganas de echar adelante un proyecto así estuviera en el Ayuntamiento.
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