A los usuarios de caravanas y autocaravanas que con este medio de transporte conjugan libertad y movilidad no han gustado nada las críticas de la Asociación de Empresarios de Camping de Castilla-La Mancha (Aeccam), que en los últimos días ha arremetido contra este tipo de turismo, en crecimiento en los últimos años en ciudades como Cuenca. No porque vengan, si no porque vienen y no regentan los espacios regulados como los campings. Es más, hablan de «turismo descontrolado» y de «acampadas ilegales».
Sin embargo, por ejemplo, para el Club Sorbeltz del País Vasco los precios que ofrece el sector son más altos que una habitación con todas las comodidades en uno de los tantos hoteles y casas rurales de nuestra provincia. Se puede pasar la noche por entre 20 y 40 euros, mientras que el precio del alquiler de un bungalow ronda los 70, a lo que hay que sumar las incomodidades de un «mobilhome», que puede llegar a costar más de 100.000 euros en el mercado.
De ahí que algunos empresarios, como el Camping Caravaning, integrado en Aeccam, sean víctimas de la crisis. Indican los autocaravanistas que rechazan la «mala imagen» que de ellos se está intentando crear para poner sobre la mesa «un conflicto artificial» con el fin de presionar a las administraciones y obtener pingües beneficios. Es más, recuerdan que quieren practicar un turismo de calidad sin el «corsé de tener que acudir a unas instalaciones alejadas de nuestros objetivos, caras y mal acondicionadas para nuestros vehículos».
«Son turistas y algo dejan. El pan, una cerveza, la comida en algún restaurante», señalan desde la asociación Camping Caravaning Club «Ciudad de Cuenca», a los que tampoco han gustado nada las manifestaciones del colectivo empresarial, más preocupado por sus beneficios que en adecuar la oferta a las necesidades actuales.
Seguridad y calidad
Su presidenta, Monserrat Dolz, indicó ayer, en declaraciones a ABC, que el único empresario del camping del término municipal de Cuenca no puede quejarse de que la gente no va porque «está cerrado desde el puente del Pilar (octubre) hasta el puente de San José (marzo)». Y, además, se ciñe «a la carta de precios» y nunca ha querido plantear ofertas y paquetes promocionales como en otras localidades.
El club de Cuenca, formado por 24 autocaravanistas, recuerda también que la ley les ampara. Además de estar sometidos a la normativa que regula la Seguridad Vial, las paradas y estacionamientos de autocaravanas se regulan en el término municipal de Cuenca mediante ordenanza municipal, en concreto, no deben superar las 72 horas. Eso sí, el hecho de que un grupo de personas permanezcan en el interior de una autocaravana estacionada en un lugar autorizado de la vía pública no quiere decir que estén acampados, como critican los empresarios del sector.
Promocionar la provincia
En España, a los textos normativos municipales hay que sumarles los autonómicos y las leyes de protección de espacios naturales, entre otros. En cualquier caso, la mayoría de los propietarios de caravanas y autocaravanas están bien informados y saben de sus derechos y limitaciones.
Precisamente, la asociación Camping Caravaning Club Ciudad de Cuenca y la Fundación Turismo de Cuenca diseñaron hace unos años 40 rutas para promocionar la provincia entre las asociaciones y aficionados al campismo. En estas rutas el punto de partida se encuentra ubicado en diferentes campings, áreas de estacionamiento, albergues y zonas de acampada controlada. A partir de estos puntos de estancia se desarrollan rutas que se pueden realizar en un día para poder volver a pernoctar al mismo lugar de partida. También se incluyen actividades de turismo de aventura que se pueden llevar a cabo en lugares cercanos al punto de estancia. Entre ellas se encuentra la zona de acampada de Talayuelas, donde el precio por grupo es de 9 euros; el camping La Dehesa en Cañamares, que dispone de toma de luz y agua o el de Las Majadas.