Los que eligen esta forma de viajar son derivados al párking de Mollavao
La crisis económica ha hecho aflorar una nueva realidad turística y un cambio del perfil de los viajeros a la hora de planificar sus vacaciones. Los cámpings están siendo una alternativa al alza en muchas ciudades, igual que las modernas áreas urbanas de acogida para autocaravanas. Pontevedra carece de ambos servicios y con una mínima inversión, la creación de estos recursos podría significar un incremento de la afluencia turística incluso fuera de temporada, así como una mayor difusión de nuestros atractivos históricos, paisajísticos y culturales y la potenciación del comercio local.
Cualquier autocaravanista que llegue hoy a Pontevedra es derivado a Mollavao, un aparcamiento polivalente y no específico para este tipo vehículos-vivienda, que requieren de unos servicios mínimos, pero indispensables. Las inmediaciones del campus universitario o As Corbaceiras, donde en teoría no les está permitido estacionar, tampoco es una solución adecuada pare ellos.
Quienes eligen esta forma de viajar practican un turismo ecológico y respetuoso con el medio ambiente. Sin embargo, en muchos lugares todavía se les considera una amenaza hacia el entono y el paisaje, según manifiestan desde la Asociación Galega de Autocaravanas (AGA), desde la Federación FEAA y desde la Plataforma de Autocaravanas Autónomas (PACA), de ámbito nacional. Reclaman un trato como el que recibe cualquier turista que se aloja en un hotel o en un apartamento, que disfrutan de las ciudades y pueblos que visitan y consumen en combustible, en alimentación, en restauración y otros servicios que les ofrece el comercio local.
Las cifras cantan. España dispone de un parque móvil de más de 25.000 caravanas y además es el destino de muchos turistas de la UE que utilizan este medio de transporte. Se calcula que cada año cruzan nuestras fronteras unas 200.000, en las que viajan 500.000 turistas. Y este flujo aporta al negocio del turismo español una cifra superior a los 280 millones de euros, según datos difundidos por el colectivo Viajarenautocaravana.
Un área de acogida requeriría de un estacionamiento con plazas de 28 metros cuadrados por vehículo y una zona de servicios anexa con arquetas para el vaciado de los depósitos de residuos a la red de saneamiento y un punto de captación de aguas limpias. Una infraestructura que con pocos medios garantizaría el máximo respeto al entorno. Cualquier rincón tranquilo de los alrededores de la ciudad puede servir para incrementar la oferta de plazas para la estancia de estos turistas.
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