14.08.11 - 00:52 - ESMERALDA GUTIÉRREZ | VALLADOLID.
«Ir de 'camping' ya no es barato; quien lo elige es porque le gusta la naturaleza»
«A la crisis se ha sumado un mes de julio frío que tampoco ha favorecido las reservas»
En tienda de campaña, 'bungalow' o caravana. Así es como pasan sus vacaciones unas 700 personas procedentes de toda la geografía española y de otros países de Europa que se encuentran alojados en alguno de los tres campamentos de la provincia. Corren malos tiempos para la economía y los turistas no sacrifican sus vacaciones, pero sí que ajustan al máximo el bolsillo. Entre las tradicionales opciones del hotel o del apartamento en la playa se encuentra la alternativa de combinar el descanso con la naturaleza en las zonas rurales de la provincia.
Los tres 'campings' que posee la provincia, ubicados en las localidades de Cubillas de Santa Marta, Tordesillas y Peñafiel, se encuentran en estos momentos con una ocupación media del 60%. «Con el tema de la crisis, el panorama no está muy bien; hace tres años ya estábamos al 100%, con reservas de mucha antelación y con estancias más largas, pero ahora casi no hay reservas y las estancias son más cortas», explica Belén Cristóbal, del 'camping' Riberduero, en Peñafiel.
Este año, los veraneantes no se arriesgan. Entre que la economía no está para tirar cohetes y las bajas temperaturas estivales es mucho mejor esperarse a la víspera para decidir dónde ir y qué hacer. «Hay clientes de todo tipo, están los abonados de temporada que suelen ser gente de Valladolid o Palencia que dejan aquí su caravana y luego vienen a pasar los fines de semana, luego turistas de fin de semana que vienen de Madrid y del norte para conocer la zona y otros que vienen de paso hacia el sur de Portugal o de España y se quedan uno o dos días», explica Luis Ángel Rubio, director del 'camping' de Cubillas, quien añade que de todas formas lo que más hay son «extranjeros».
Aparte de turistas procedentes de Madrid, del norte de España -como Cantabria, el País Vasco, Asturias o Galicia- y de Cataluña, más de la mitad de los campistas son vecinos de la Unión Europea. Holandeses, ingleses y franceses son los que más visitan las zonas de acampada de la provincia, aunque los holandeses son los que se llevan la palma. «Entre ellos tienen unas guías especializadas en las que van puntuando los 'campings' con encanto, para saber si encuentran tranquilidad o si les gusta la gente», explica Cristóbal, quien añade que «los de la provincia deben tener bastante puntuación».
Los principales reclamos son la calma y el contacto con la naturaleza; sin embargo, cada vez se parecen más a los hoteles con piscina, restaurante, campos de fútbol, de baloncesto, parque infantil y actividades y talleres, tanto para niños, como para adultos. «Hay muchos vallisoletanos que vienen porque está muy cerca de la ciudad y les permite descansar y pasarlo bien», explica Rubio, quien asegura que «otros muchos también vienen a trabajar». Aunque en general el perfil de los campistas responde al de familias, matrimonios y jubilados que buscan respirar la calma y el aire fresco de aquí.
Quizá, ese aire demasiado fresco del verano sea uno de los principales causantes de que la temporada haya empezado «más floja» de lo habitual, por eso los responsables se muestran optimistas ante el mes de agosto y esperan, al menos, llegar al 80% de ocupación e igualar las cifras de 2010.
De números va la cosa. Porque por muchos cálculos que se hagan, las cuentas no salen. Aunque la opción del 'camping' siempre se ha considerado como uno de los destinos estrella para pasar unas vacaciones por poco dinero -por detrás de las segundas residencias en pueblos o urbanizaciones-, la situación ha cambiado bastante.
Precios
Las facilidades del 'bungalow' o de la caravana han sustituido a la incómoda tienda de campaña, por lo que en muchos casos el gasto es similar al de un hotel. «Hay un estudio que compara la inversión que supone alojarse en un 'camping' y la de un hotel de cinco estrellas, y resulta que sale mejor este último», explica Eduardo Gutiérrez, de El Astral, en Tordesillas.
El precio de alojarse en una tienda de campaña oscila entre los 18 y los 35 euros por persona y día, mientras que las caravanas o autocaravanas van desde los 25 a los 90 euros y el 'bungalow', el más caro, pero con la equipación completa, supone estre 85 euros el más barato y 120 el más caro. Así, haciendo cálculos, a una familia de cuatro personas le costaría hospedarse durante una semana tanto en una tienda de campaña, como en bungalow alrededor de los 700 euros. Una cifra nada desdeñable, si sumamos, en algunos casos, la tienda de campaña o la caravana.
«Hay que romper el tópico de que un 'camping' es barato, una tienda muy equipada ya te cuesta unos 300 euros; una caravana, 11.000 y una autocaravana, 30.000», explica Gutiérrez, quien puntualiza que «es más afición que rentabilidad porque si quisieran rentabilidad se irían a un hotel». La ventaja de un 'camping' es que puede ser barato si se plantea desde una propuesta economicista; es decir, con la mochila y el saco a cuestas y una tienda de campaña pequeñita.
Sin embargo, el dinero no parece ser un factor significativo a la hora de elegir un alojamiento frente a otro, pues como aclara Rubio: «Al que le gusta el tema del hotel y tiene menos dinero, pues en vez de irse siete días, se va tres». Para vivir esta filosofía de vacaciones «tiene que gustar el aire libre y no escandalizarte por una hormiga porque la naturaleza es incómoda, hace frío, calor y hay bichos», explica Rubio, quien concluye que «los niños son los que más disfrutan aquí».
Fuente:
Pero a qué aspiran estos empresarios del camping que en plena crisis, además de bajar el número de reservas por el mal tiempo, no son capaces de bajar precios. Desde luego, con esos precios... 90 euros día una autocaravana que ocupa un trocito de césped o de grava ??!!
Señores administradores-gerentes de los campings de la zona, tienen que modernizarte, ponerse al día y al menos intentar hacer algo más atractivo su camping. Únanse a la corriente modernista de reservar parcelas para las autocaravanas, entendiendo que su autonomía no les obliga a solicitar muchos servicios, con poco nos llega y el que quiera más o incluso quedarse, que lo pague a un precio razonable.
Convendría que se pusiesen de acuerdo, ya que el presidente de su Federación anunció en mayo-junio que este año estarían a un 70% de ocupación. Al conocer aquella noticia nos alegramos, pero mucho nos temíamos, lo dijimos, que este señor o no decía la verdad o había hecho una media muy injusta, ya que ni por atractivo, ni por meteorología ni por otras causas, tienen la misma ocupación los camping de costa que los de campo o montaña, ni los del norte la misma que los del sur o los de la costa mediterránea.
Autocaravanistas por sus derechos