Viajar en autocaravana es una alternativa cada vez más popular para hacer turismo. Los aficionados a estos vehículos describen la experiencia como inmejorable, pero dejan claro que hay que tener en cuenta ciertas normas y obligaciones
HACER TURISMO es un gran placer, especialmente en verano. Los más tradicionales optan por alojarse en hoteles o alquilar apartamentos. pero existen alternativas que van ganando peso entre los viajeros.
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Una de ellas es el autocaravanismo. Comprar o alquilar una casa rodante aporta, según cuentan los aficionados a esta forma de viajar, una gran libertad, aunque con un espacio para vivir mucho más limitado que el de una casa o habitación de hotel. Ellos, sin embargo, no lo cambiarían.
Las opciones de destino que ofrece este tipo de viajes son casi ilimitadas siempre que se tenga algo de paciencia, carné de conducir y no se quiera cruzar mares. Aunque no hace falta irse tan lejos para disfrutar del paisaje, ya que la geografía gallega y española ofrecen parajes de ensueño a pocos kilómetros de distancia que muchas veces pasan desapercibidos por estar al alcance de la mano.
Para favorecer la expansión y mejorar las condiciones de los autocaravanistas, un pequeño grupo de apasionados creó, a finales del 2006, la Asociación Gallega de Autocaravanas, con el fin de compartir sus experiencias, intercambiar ideas a través de la organización de encuentros y también reivindicar las mejoras de los servicios que requieren los vehículos.
Entre los miembros de esta asociación, presidida por Manuel Gil, se encuentra Gumersindo López, tesorero de la misma, que cuenta cómo inició su pasión por lo que para él es, una forma de vida. Hace cuatro años, él y su mujer compraron la autocaravana, aunque, como explica, «xa levaba tempo neste mundo, primeiro indo de cámping, logo pasei a ‘roulotte’ e finalmente, á autocaravana». Para Gumersindo significó la libertad absoluta a la hora de viajar. «Non tes horario, non tes que facer reservas e permíteche parar onde che apetece en cada momento», destaca.
Sus últimos destinos lo llevaron por el Mar Menor y Segovia. «Fomos por moitas estradas secundarias, gozando de pobos pequenos de Castela que con outros viaxes non ves», cuenta Gumersindo.
En otras ocasiones, el matrimonio organiza los viajes con miembros de la asociación. «Outras veces atópaste con xente, poste a falar e ao final rematas a viaxe con ela», afirma.
Manuel Arias es otro de los más de doscientos miembros de la asociación. Él compró la primera autocaravana hace más de cinco años, por iniciativa de su mujer, que, ante la llegada de su primer nieto, quería viajar en familia. «Nuestro primer viaje fue por la zona de Portugal, pero hemos ido a tantos sitios que ya casi ni lo recuerdo», cuenta.
La experiencia no les dejó indiferentes. «Desde que compré la caravana me cambió el chip, ahora estoy más relajado», asegura. Poco después compraron un vehículo nuevo al que Manuel ha ido añadiendo mejoras. «Puse más depósitos de agua y otras baterías», explica. Con él han ido recorriendo nuevos lugares. «Viajamos por las costas de España y también por Francia», comenta.
Manuel y su familia no viajan solos. En muchos de sus recorridos les acompaña Rafael López, un sevillano que, al igual que Manuel, compró la autocaravana por su familia. «Mi hijo es bastante particular a la hora de comer y eso nos limitaba mucho, hasta que compramos la autocaravana», afirma.
Aunque viven a muchos kilómetros de distancia, siempre buscan unos días para verse. «Nos juntamos por el centro de España y organizamos viajes juntos», cuenta Manuel.
Ambos recuerdan con cariño el primer viaje que realizaron a Francia. De esa aventura rememoran con gracia su estancia en el parque de atracciones Disneyland. «Estábamos en la zona de párking los españoles e italianos hablando a última hora de la tarde hasta que unos holandeses se quejaron del ruido y nos amenazaron con llamar a la policía», explica Manuel. «Nos ocurría lo mismo cuando queríamos salir a cenar. A las nueve de la noche ya no había nada abierto y nosotros acabábamos de comer», añade Rafael.
Las ventajas que les aporta este medio son numerosas, aunque, como explica este sevillano, no sirve para todos. «Antes de comprar una caravana es mejor alquilarla para probar», señala. Uno de los inconvenientes puede ser la limitación de agua. «Hay que dosificarla, debe reponerse con frecuencia y no se debe olvidar que existe la necesidad de limpiar los depósitos de aguas residuales y el váter».
Siendo capaces de sobrellevar esos pequeños trabajos, todos están de acuerdo en que es una experiencia muy positiva. «Te encuentras con gente estupenda y une mucho a la familia», destaca Manuel. Aunque, como en todo, hay quien no respeta las normas. «Te encuentras con gente con la que no se puede estar, pero no puede generalizarse », aclara.
CONSEJOS Economizar agua y electricidad es clave |
Tanto caravanas como autocaravanas tienen cantidades de agua y electricidad limitadas, por lo que debe controlarse el uso gasto y no desperdiciar ni una gota. Los usuarios recomiendan, cada tres o cuatro días, parar en un cámping para rellenar los depósitos, cargar las baterías y vaciar la carga de agua residual. 20.000 euros Este es el precio a partir del cual se puede adquirir una autocaravana. Los que quieran probar sin realizar una gran inversión pueden optar por alquilar una. En internet se pueden encontrar cientos de ofertas y modelos. El alquiler medio de una caravana de 6 plazas oscila entre los 120 y los 180 euros el día, según la temporada y el número de días. Aunque hay ofertas de todo tipo, como una autocaravana con un coche descapotable de alta gama en la bodega. Cuesta 1,2 millones de dólares. |
Gumersindo López No sin su autocaravana
Gumersindo junto a su autocaravana, durante una parada en el viaje de Toledo a Aranjuez que realizó junto a su mujer. La pareja ya ha visitado Portugal, Murcia y Segovia, entre otros muchos destinos.
Manuel, J. Manuel y Rafael Descanso en la ruta
Los tres amigos descansan tras recorrer parte de la costa gallega. Suelen viajar juntos, y no solo en verano, sino que aprovechan los meses fríos para ir a nuevos lugares, sin los agobios propios de la época estival.
CRISIS Menos alquileres y más cortos |
Pese al aumento del número de adeptos a este tipo de turismo, como demuestra el aumento de miembros de la Asociación Gallega de Autocaravanas, algunas empresas apuntan a que el número y la duración de los alquileres ha disminuido. En los últimos dos años, la demanda ha bajado hasta un 25%, según informa Juan Lema , propietario de la empresa lucense Vayacaravana.com. Una semana o diez días La bajada no se nota solo en la cantidad de reservas de estos vehículos, sino que también lo hace en la duración del arrendamiento. Hace dos años, explica Lema, la duración de los alquileres era de una media de dos semanas, ahora suele ser una semana o, como mucho, de diez días. Familias y pandillas El perfil del arrendatario de autocaravanas corresponde a grupos de jóvenes y a familias con niños. En cuanto a la procedencia y los destinos de los clientes que recurren a empresas lucenses, la mayor parte proceden de otros puntos del país, para recorrer Galicia, indica Lema. Algunos lucenses también se deciden a alquilar para desplazarse al sur de España, a Cataluña y a países del entorno, como Portugal, Francia y Alemania. |
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