La zona está llena de autocaravanas y el atrio de la iglesia es un estercolero
La península de Santa Marta se ha convertido un verano más en un improvisado cámping gratuito para autocaravanas. El área carece de servicios para este tipo de usuarios y la falta de civismo de algunos de ellos hace que se esté deteriorando uno de los enclaves más singulares de Baiona.
Luis Gantes afirma que en Baiona «no hay ningún problema».
Tal y como se pudo comprobar tras una inspección ocular, se utiliza como retrete el atrio de la ermita junto a uno de los muros y el cruceiro sirve como comedor al aire libre. Una vez entrado el verano, muchos visitantes pasan largas temporadas con sus vehículos allí aparcados. La consecuencia es que la suciedad se hace muy visible.
El área verde anexa al aparcamiento está poblada de excrementos humanos y restos de papel higiénico. Las playas de Santa Marta y la de Ladeira también se utilizan como escombrera o baño público.
La península de Santa Marta no es la única que soporta este tipo de agresión. Decenas de autocaravanas invaden desde la pasada primavera algunos rincones del municipio de Baiona, especialmente durante los fines de semana. El portavoz de UpyD, Antonio Amorín, señala que los lugares preferidos para este tipo de «campistas furtivos» están en el mismo centro de la villa, como el aparcamiento del colegio de Covaterreña, el entorno del campo de fútbol, el rompeolas o la costa de Baredo, «sin que el gobierno del señor Almuiña tome cartas en el asunto, creando una imagen lamentable de nuestro pueblo», critica. Este fenómeno también se produce en las zonas de la costa de Nigrán, lugar elegido también por decenas de usuarios de autocaravanas, dejando después un rastro de suciedad en muchos casos.
Este tipo de campismo está prohibido y en otras localidades turísticas cercanas la policía local actúa con rigor para evitarlo. Sin embargo, esto no ocurre en Baiona, lo que anima a muchos campistas a continuar ocupando la calle. La falta de control perjudica a los cámpings que están legalmente establecidos en toda la comarca y Oia donde existen instalaciones y servicios ajustados para este tipo de turistas.
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Desde luego, Alejandro, te has cubierto de gloria con la crónica. Hacer ataques tan gratuitos a un colectivo cuando en el peor de los casos, los incívicos, son cuatro que muy posiblemente ni pertenezcan al colectivo de forma permanente, no es de recibo. A ver si hablamos de una vez con propiedad. Las autocaravanas tienen su servicio sanitario, no precisan salir sus usuarios a ningún descampado a pasear sus vergüenzas. Dudamos mucho que un autocaravanista que se precie como tal, protagonice esos desmanes que en tu crónica denuncias. Quid prodest ? a los empresarios del camping, cómo no, en tu último párrafo nos queda claro. Esperamos que el regalo de Navidad sea sustancioso.
Autocaravanistas por sus derechos