El aparcamiento de la playa de Hondarribia ofrece un aspecto peculiar. Un centenar de autocaravanas -no confundirse con caravanas sujetas a un vehículo- vascas comenzaron a llegar el viernes para participar en una 'quedada', como dicen ellos, en la que sus propietarios puedan hablar de su afición, sus reivindicaciones y, sobre todo, amplíen sus relaciones y se lo pasen bien.
El encuentro, que concluye hoy después de que sus asistentes hayan disfrutado de un amplio programa preparado por el club Sorbeltz, presidido por el donostiarra afincado en Irun Eduardo Sorozábal, es el preludio de otro mayor. «La de este fin de semana es una cita sólo para los vascos y a finales de abril vendrán a Hondarribia desde todo el Estado», adelanta Sorozábal. «Pueden venir unas 400 autocaravanas. A una media de dos por persona, serán casi mil los que nos visiten», explica.
Los autocaravanistas vascos suman unos 3.500, de los que 1.200 son de Gipuzkoa, 1.500 de Vizcaya y unos 500 de Álava. Euskadi es una de las autonomías con mayor índice de autocaravanas por habitante. Más que Cataluña, tradicionalmente la que más vehículos de este tipo tiene en todo el Estado.
Sorbeltz cuenta con unos 250 socios repartidos por los tres territorios vascos. «No hay otra asociación. Los afiliados a Sorbeltz disponemos de una página web donde aportamos nuestros comentarios de zonas adecuadas para acampar, lugares que merecen una visita y poblaciones donde ir con la autocaravana», señala Sorozábal. «Somos como una familia muy unida».
De aparcamiento
Además, en estas citas dan a conocer la programación de salidas de cada año. «Por ejemplo, a Cascante, donde hemos convencido al alcalde para que haga un espacio adaptado a las autocaravanas con piscinas exteriores», explica Juanjo Bermejo, secretario del club. «Aunque nuestro turismo es sobre todo por el País Vasco y zonas limítrofes, además de algo por Pirineos», explica.
Recorrer diversas zonas de Gipuzkoa y disfrutar de su estancia en Hondarribia es la base del programa de la 'quedada' de este fin de semana. «Todo lo referenciamos con coordenadas. Preparas el GPS y llegas sin ningún problema».
Como asociación, Sorbeltz reivindica su condición de «turistas viajeros». «Queremos explicar a la gente que somos autocaravanistas, de parking, no caravanistas, de camping. Nos hemos encontrado en otras comunidades con que los dueños de los campings presionan a los alcaldes para que prohíban aparcar autocaravanas en la ciudad y vayamos obligatoriamente donde ellos», señala Bermejo, que añade que «Euskadi no es el caso porque ha sido el primero en disponer de espacios urbanizados para los autocaravanistas».
Una autocaravana nueva cuesta como mínimo unos 60.000 euros. «El autocaravanista es gente de poder adquisitivo medio-alto; lo que se ahorra en hotel se lo gasta en el lugar que visita, hace vida de turista en la calle y además compra en las tiendas y supermercados. Los ingresos que dejamos en las poblaciones son a tener en cuenta», afirma Sorozábal.